grande, con un cuarto de hora basta, y si son langostas medianas, con diez minutos es suficiente. El exceso de cocción perjudica su carne. Una vez cocida, se escurre, y cuando está fría o al menos tibia, se la abre por la mitad, a lo largo, por la parte interior, sacándose así fácilmente toda la carne que contiene. Esta carne se corta a rodajas regulares que se colocan en una fuente, rodeadas de ramitas de perejil. También puede, si se prefiere, servirse en su caparazón, dividiéndose cada mitad en dos, para obtener cuatro porciones, o sirviendo media langosta mediana a cada comensal. Se envía a la mesa con una buena salsa mahonesa, y con las pinzas.