La intoxicación por arsénico en los alimentos afecta a muchas personas en todo el mundo, ya que este metal pesado se encuentra de forma natural en el suelo y el agua, pero también puede contaminar los alimentos a través de la agricultura y la industria. En esta entrada de blog, discutiremos las causas, síntomas, tratamiento y prevención de la intoxicación por arsénico en los alimentos.

La contaminación del suelo y el agua con arsénico es la principal causa de la intoxicación por este metal pesado en los alimentos. El arsénico puede entrar en los alimentos de diferentes formas, como mediante regadíos con agua contaminada, la aplicación de pesticidas que contienen arsénico o la contaminación ambiental de fuentes cercanas a instalaciones industriales, en utensilios de cocina.

Según la Fundación Española de Toxicología Clínica (Fetoc), una dosis de solo unos 120 miligramos resulta letal para una persona. La intoxicación crónica o aguda tiene consecuencias devastadoras, pero una exposición continuada a cantidades más bajas también puede tener efectos negativos para la salud. El arsénico es una sustancia ampliamente distribuida en el medio ambiente, tanto en el aire, como en el agua y la tierra, lo que explica su presencia en los alimentos.

En esta entrada del blog se alerta sobre los peligros de la exposición prolongada al arsénico inorgánico, que se encuentra en agua y alimentos contaminados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La intoxicación crónica por arsénico puede provocar problemas cutáneos, cáncer de piel, trastornos gastrointestinales, del sistema nervioso y respiratorios. Este elemento se encuentra de forma natural en aguas subterráneas de varios países, como Argentina, Bangladesh, Chile, China, India, México y Estados Unidos. En países europeos, el riesgo está más relacionado con la ingesta de alimentos que contienen arsénico de forma orgánica. La OMS destaca el marisco como un ejemplo de alimento que contiene arsénico en una forma menos tóxica. Es esencial tomar medidas para prevenir la exposición a este elemento nocivo.

Ningún país puede evitar exponerse al arsénico a través de los alimentos, una sustancia carcinogénica que incrementa el riesgo de cáncer de manera crónica. La exposición prolongada aumenta el riesgo de cáncer en órganos como la vejiga, pulmón y piel. Es esencial tomar medidas para limitar la exposición a esta sustancia peligrosa y evitar posibles consecuencias para la salud.

Los alimentos con mayor contenido de arsénico son el agua, cereales como el arroz, pescados y mariscos, algas, lácteos y setas/champiñones. Es importante tener en cuenta no solo los productos con altos niveles de esta sustancia, sino también aquellos que se consumen con mayor frecuencia. Por ejemplo, aunque el arroz es un alimento común en la dieta española, las algas se consumen de forma más ocasional, aunque están ganando popularidad con la creciente influencia de la comida asiática. Es fundamental mantener un consumo equilibrado y saludable de estos alimentos para evitar los riesgos del arsénico.

Los síntomas de la intoxicación por arsénico en los alimentos pueden variar dependiendo de la cantidad de arsénico ingerido y la duración de la exposición. Algunos de los síntomas más comunes incluyen problemas gastrointestinales como dolor abdominal, diarrea y vómitos, así como daños en la piel, como enrojecimiento, descamación y úlceras.

El tratamiento de la intoxicación por arsénico en los alimentos suele implicar la suspensión inmediata del consumo de alimentos contaminados y la atención médica adecuada para controlar los síntomas. En casos graves, puede ser necesario recurrir a terapias de desintoxicación para eliminar el arsénico del cuerpo y prevenir daños mayores en la salud.