La contaminación cruzada, sería el proceso mediante el cual hay un intercambio de sustancias ajenas entre alimentos. Esto se produce cuando los alimentos entran en contactos unos con otros, ya estén cocinados o no. Existen varios tipos de contaminación cruzada, dependiendo de como se produce. La contaminación directa, gran desconocida para la población, sería el mayor peligro a la hora de ingerir alimentos. Podría provocar consecuencias muy negativas al consumir alimentos perjudiciales para tu salud.
¿Pensamos en nuestra seguridad alimentaria cuando vamos a prepararnos alguna comida durante el día?
Probablemente no y seguramente la contaminación cruzada no debe pasar por tu mente en ese momento.
Precauciones en la cocina: conoce la contaminación cruzada y cómo velar por tu seguridad alimentaria
Está científicamente demostrada la contaminación cruzada. Tanto de nuestros alimentos a los utensilios donde se cocinan, como a la inversa. Por ello es hora de comenzar a prestarle atención a este olvidado detalle de la cocina tradicional. Por el bien de la salud propia y de quienes nos rodean.
En muchos hogares, generalmente suele pasar desapercibido el cómo manipular los alimentos antes de ser consumidos. La cocción de estos, su almacenamiento, la higiene de los utensilios que utilizamos, así como el lavado de los ingredientes, son solo algunos de los elementos que debemos tener en cuenta para evitar el invisible daño, que día a día, nos puede estar provocando la contaminación cruzada. No olvidando que la mayoría de dicha contaminación la producen los mismos utensilios de cocción donde de manera tradicional e ignorándolo cocinamos nuestros alimentos.
¿Qué es la contaminación cruzada directa?
La contaminación cruzada directa, es más habitual de lo que creemos en nuestras cocina. Es la que se provoca cuando cualquier alimento limpio entra en contacto directo con uno contaminado. Se produce así una transmisión de microorganismos patógenos, normalmente en alimentos crudos, exponiéndonos a una de las causas más comunes de intoxicación alimentaria.
Gracias a que cocinamos la mayoría de los alimentos, proceso mediante el cual sometemos a nuestros alimentos a temperaturas superiores a 65 °C, conseguimos eliminar a estos patógenos.
Pero muchas veces en lo más simple como una ensalada, no la sometemos a esa higienización térmica. Es por ello, que debemos darle especial importancia, a un adecuado lavado de los alimentos. Y para ello es muy recomendable el uso de agua ozonizada, o algún otro sistema que sea inerte para nuestro organismo, pero que sea letal para los patógenos.
¿Qué es la contaminación cruzada indirecta?
La contaminación cruzada indirecta, se produce cuando se contamina el alimento mediante algún elemento externo a los propios productos.
En este caso, haríamos referencia a las propias manos, a los recipientes, a las tablas de cortar y picar, a las ollas de cocción tradicionales, o cualquier utensilio de cocina. Por ello es de vital importancia una correcta limpieza de los utensilios y del entorno de trabajo.
Para evitar posible contaminación química se recomienda el uso de productos más coherentes con el medio ambiente. La limpieza con agua ozonizada es muy recomendable ya que ésta, en el momento de estar activa, es mucho más efectiva que la legía, pero tras su uso no deja ningún tipo de residuo.
¿Qué es la contaminación cruzada fantasma?
Ésta contaminación es mínima pero constante, y su peligrosidad radica en los químicos y metales que se nos transmiten de una forma continuada. Si en nuestro organismo entrasen más contaminantes de los que nuestro cuerpo es capaz de eliminar, estos se irían almacenando en nuestros órganos ocasionando en el futuro problemas en nuestra salud.
¿Dónde se pueden encontrar estos químicos o metales?
Los encontramos en una gran variedad de elementos que usamos a diario. Por ejemplo en el agua que solemos consumir, ya sea de la red o embotellada en plástico, o como sobre todo, en las cazuelas que usamos para la preparación de nuestros alimentos.
¿Qué utensilios debemos evitar?
Ya en la industria alimentaria se ha prohibido el uso de gran parte de estos materiales dañinos. Un ejemplo son las antiguas encimeras de acero 18/10, que han tenido que ser sustituidas por otras de acero de mayor graduación, 304, para la industria alimenticia. También tenemos la recientemente ley de residuos y contaminación del suelo, aprobada en el congreso, donde se pone hincapié en el agua que consumimos y los envases.
Pero una de las mayores fuentes de este tipo de contaminación fantasma, están en las ollas o sartenes que usamos. Al subir la temperatura de las ollas tradicionales, provoca que se dilate el material y se abran poros. De esta forma los alimentos entrarían en contacto directo con ácidos, metales y sales, potenciando este tipo de contaminación cruzada.
Las ollas o sartenes de aluminio, aunque este sea un excelente conductor del calor, desprenden residuos con gran facilidad. Científicos hacen referencia al alto nivel de este metal en personas con demencia o Alzheimer, entre otras muchas enfermedades.
Otros utensilios, como por ejemplo productos con materiales antiadherentes, los que llevan cristal tratado para soportar los cambios de temperatura, o los de barro tratados con químicos, son utensilios igualmente peligrosos.
Por tanto, ¿Qué utensilios debemos usar?
Preferiblemente se recomienda comprar utensilios de acero inoxidables, por su durabilidad y resistencia. Pero esta opción no nos libera de esta contaminación. Por ejemplo, el acero más común, el acero 18/10 que posee 18 partes de cromo por 10 de níquel, que serían dos metales pesados, puede ser dañino para nuestro organismo. Luego tenemos aceros que no contaminan tanto, como es el caso del acero 304, que solo tiene reacción con los alimentos en contacto con ácidos, como pueden ser vinagres, limón y tomate entre otros.
Por ello, la mejor opción es el titanio 316Ti, que no abre poro (evitando la contaminación cruzada) y no desprende metales pesados a tus alimentos.
Cocina sin tóxicos
La mejor opción, por su inocuidad y ser hipoalergénico, es una aleación de acero enriquecida con titanio. Esta aleación denominada acero 316Ti es la usada para implantes y prótesis, por ser la única que no permite contaminación cruzada en el uso cotidiano. Tendría que ser sometido a altísimas temperaturas cercanas a la temperatura de fusión del acero, superiores a 1200ºC, para que se pueda generar algún tipo de contaminación cruzada. De momento el único fabricante europeo en comercializarlo, es Nutraease, y en España la distribuye Grupo Aqualai.
Debemos tener muy en cuenta que debemos invertir en utensilios de gran calidad para poder revertir, dentro de lo que este en nuestras manos, todo los tipos de contaminación.